Curso de civilizaciones africanas y afroamericanas

Sumario

Tigre tribal vector El origen de la raza humana

Como África es la cuna de la humanidad, el origen de la raza humana es también, el principio de la primera estirpe africana. Y este es el relato del origen de la humanidad, tal como lo han conservado los bambara del bosque de Komo, en Malí, desde donde los mandinga llegaron hasta las playas de América. Es un relato que tiene algo peculiar, y es que debe contarse en forma de diálogo:

  ''En el principio era Maa Ngala. Pero ¿quién es Maa Ngala? ¿Dónde está Maa Ngala?''.

 ''Maa Ngala es la Fuerza infinita. Nadie puede situarla en el tiempo ni en el espacio. Él es Dombali, lo incognoscible. Él es Dambali, lo no creado, infinito''.
Madalena Pestana. Flickr Photos.

''No existía nada, sino un Ser. Ese Ser era un Vacío viviente, que cobijaba potencialmente las existencias contingentes. El Tiempo infinito era la Mansión de ese Ser Uno. El Ser Uno se dio el nombre de Maa Ngala''.

''Entonces creó a Fan, un huevo maravilloso con nueve divisiones y allí introdujo los nueve estados fundamentales de la existencia. Cuando ese huevo primordial llegó a abrirse, dio nacimiento a veinte seres fabulosos que constituían la totalidad del universo y la totalidad de las fuerzas existentes del conocimiento posible''.

''Pero ¡ay! Ninguna de esas veinte primeras criaturas se mostró apta para llegar a ser el Kuma nyon, el interlocutor, que Maa Ngala había deseado para sí mismo. De manera que Maa Ngala no tenía con quién hablar''.
Reina Madre. Arte bambara. Créditos: Hadley Paul Garland. Flick Photos.

''Entonces, tomó una partícula de cada una de las veinte criaturas existentes, luego las mezcló, insuflando en esa mezcla una chispa de su propio soplo ígneo, y creó un nuevo Ser, el Hombre, a quien dio una parte de su propio nombre: Maa. De suerte que ese nuevo ser contenía, por su nombre y por la chispa divina introducida en él, algo del propio Maa Ngala''.
Recipiente bambara con siete figuras de pie. Museo de Brooklyng. Wikimedia Commons.

''Cuando Maa Ngala hubo creado a su interlocutor Maa, le habló y le dotó al mismo tiempo de la facultad de responder. Al descender de Maa hacia el hombre las palabras eran divinas, porque no habían entrado aún en contacto con la materia. Tras su contacto con la corporeidad, las palabras perdieron algo de su divinidad, pero se cargaron de sacralidad''.

''Maa Ngala enseñó a Maa, su interlocutor, las leyes según las cuales todos los elementos del cosmos fueron formados y continúan existiendo. Le instauró como guardián de su Universo y le encargó vigilar el mantenimiento de la Armonía universal. Por eso le resulta pesado ser Maa''.

''La palabra de Maa Ngala, ya lo hemos visto, se oye, se siente, se gusta, y se toca''.

''La palabra es divinamente exacta, conviene ser exacto con ella. La lengua que falsea la palabra, vicia la sangre de aquel que miente''.

''Presta atención para no contradecirte a ti mismo. Es mejor que el mundo se separe de ti antes de que tú te separes de ti mismo''.

''¡Oh alma de mi maestro, oh almas de los viajeros y antiguos, primeros antepasados iniciadores llegados del Este!''

''Yo voy, según vuestros decires, a contar a mi auditorio cómo han ocurrido las cosas, de vosotros, ya pasados, a nosotros, presentes, para que ese decir sea valiosamente conservado y fielmente trasmitido a los hombres de mañana, que serán nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos''.
File:BambaraGirl.jpg
Muchacha bambara de Malí. Créditos: Ferdinand Reus. Wikimedia Commons.

Historia General de África. Tecnos/UNESCO, 1982. Tomo I, ''La tradición oral''.

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